💭 A veces, la conversación más difícil es la que tienes contigo mismo.

¿Por qué los grandes planes se quedan en el papel?

¿Por qué los cambios se estancan a pesar de que todos saben lo que hay que hacer?

🎾En "El juego interior del tenis", de W. Timothy Gallwey,

(un libro que habla de tenis y no de negocios)

hace años, encontré una de las respuestas más reveladoras, dice:

"Cada juego consta de dos partes, uno exterior y uno interior.

El exterior se juega contra un adversario externo, para superar obstáculos externos y alcanzar una meta externa...

Pero, por alguna razón, para la mayoría de nosotros es más fácil recordar todas esas indicaciones que seguirlas".

Y más adelante sigue:

👉 "La queja más común de los jugadores desde tiempos inmemoriales es:
el problema no es que no sepa qué hacer, el problema es que no hago lo que sé".

Esta idea me resuena porque se extiende mucho más allá de una cancha de tenis.

El juego interior lo jugamos todos, todos los días, y es donde se libra la batalla más decisiva.

Es ahí donde, a menudo, decidimos dejar de hacer lo que en el fondo sabemos que deberíamos hacer.

Es ese ruido mental, ese crítico implacable o ese miedo sutil a no estar a la altura, lo que termina ganando el partido... a veces, incluso antes de que salgamos a la cancha.

Por eso, una de las primeras capacidades que un líder debe desarrollar es la de dominar su propio juego interior, para luego poder ayudar a su equipo a ganar el suyo.

🛟 Porque cuando la persona que está al timón no hace lo que sabe que tiene que hacer, toda la tripulación navega a la deriva.

La pregunta queda abierta, no para buscar respuestas fáciles, sino para reflexionar:

¿Cuál es el "ruido mental" que más te frena?

Identificarlo es el primer paso.