¿Sabías que tu instinto de supervivencia puede poner en peligro la supervivencia del grupo?
Desde el punto de vista evolutivo, pertenecer a un grupo o tribu proporciona seguridad y protección, lo que aumenta las posibilidades de supervivencia.
Ser expulsado de la tribu significaba la muerte, por lo que esta necesidad de pertenecer a un grupo ha quedado grabada en nuestra psicología.
Esto hace que disentir con lo que piensa la mayoría en un grupo, sea muy difícil.
Sin ir a la prehistoria, todos sabemos lo que les pasó a Copérnico y Galileo cuando se enfrentaron al pensamiento mayoritario de su época.
Especialmente el de la Iglesia Católica.
Ir en contra de la opinión dominante, despierta temores (tal vez inconscientes) a ser rechazados o aislados...
Aquí surge el dilema: por mantener la armonía, no se dice lo que realmente uno piensa, lo cual puede ser malo para el grupo en su conjunto.
Hemos caído en el groupthink o pensamiento de grupo.
Al no dar nuestra opinión y perspectiva, el grupo podría tomar decisiones equivocadas o no considerar alternativas más creativas e innovadoras.
Hemos contribuido con el fracaso del grupo.
Recordemos que la crítica constructiva no es una amenaza para la armonía del grupo, sino una herramienta importante para la toma de decisiones efectivas y racionales.
Si te das cuenta de que:
👉 Tu preocupación es mayor por la armonía del grupo que por la toma de decisiones efectivas y racionales.
👉 Tomas la opinión del grupo sin cuestionarla, considerar alternativas o la aceptas sin estar de acuerdo.
👉 No buscas información o perspectivas diferentes a las del grupo.
👉 Rechazas la crítica o la disidencia, al verla como una amenaza para la unidad del grupo.
Puedes estar cayendo en el groupthink o pensamiento de grupo,
lo cual no es bueno para ti ni para el grupo.