
No, no cometiste un error.
Tuviste un mal resultado (y no es lo mismo).
¿Te culpas por un mal resultado?
Es natural.
Pero cuidado, podrías estar enfocándote en el lugar equivocado.
Decir "cometí un error" o "tomé una mala decisión" es de las cosas más difíciles de admitir para cualquier profesional.
Pero la realidad es que muchas veces confundimos las cosas.
Es posible que no hayas tomado una mala decisión y que tampoco hayas cometido un error.
Simplemente, tuviste un mal resultado.
Y la diferencia es abismal.
La distinción entre el mal resultado y la decisión tomada es fundamental para cualquier líder.
Como líder responsable de una iniciativa, tu rol es orquestar los elementos para que el trabajo se haga y fluya... no predecir el futuro.
Veámoslo con más claridad:
🔹 Una decisión ACERTADA es un cálculo basado en la información que tienes ahora.
Si el mundo cambia y los datos que tenías ya no reflejan la nueva realidad, tu decisión original no fue mala.
Era la correcta en ese momento.
🔹 Una decisión ERRÓNEA es aquella que ignora los hechos disponibles.
Es caer en trampas como la presión del grupo, los costos hundidos o un simple error de juicio.
🔹 Un resultado NEGATIVO es... solo eso.
Un resultado.
Las cosas no salieron como esperábamos, a pesar de haber tomado una decisión acertada.
Tomar el tren de las 7:45 para llegar a tiempo a una reunión es una buena decisión.
Si el tren se avería, el resultado es malo, pero tu decisión sigue siendo correcta.
Lanzar un negocio y que eventos improbables lo hagan fracasar no significa que hayas decidido mal.
Significa que te enfrentas a un mal resultado y ahora te toca gestionarlo.
Las palabras importan.
Porque como líderes, deberíamos perfeccionar nuestros procesos de toma de buenas decisiones, aprender a identificar y evitar esos errores de juicio que sí nos pertenecen.
Sentir culpa por un mal resultado, a menudo, solo nos desenfoca de esta tarea crucial.
Entender esto no es solo un ejercicio intelectual; es una herramienta para liderar con más serenidad, para evaluar a nuestros equipos con justicia y nosotros mismos dejar de sentir la culpa por la decisión tomada.
Y tú, ¿cómo gestionas la diferencia entre un mal resultado y una mala decisión en tu equipo?
¿Hay algo en esta página que te haya resonado?
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Juntos encontraremos la mejor estrategia para alcanzar tus objetivos.